Son sustancias sintetizadas por laboratorios farmacéuticos que en principio deberían servir para procedimientos médicos en el tratamiento de enfermedades. Sedantes, tranquilizantes, estimulantes y anestésicos son susceptibles de mal uso por parte de segmentos de la población que utilizan estas sustancias más allá de la prescripción médica.
El estudio de la dirección nacional de estupefacientes de 1992 estimo que el 1.5% de la población utilizaba algún fármaco sin receta médica. EL consumo más alto de fármacos no recetados se observó entre población de edades entre 40 a 60 años, principalmente mujeres.
El 2,4 de los jóvenes de la población consume principalmente tranquilizantes (principalmente hombres) y anfetaminas que actúan como estimulantes.
PÉREZ GÓMEZ AUGUSTO, La juventud y las drogas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario